El 9 de noviembre de 2004 se publicó Firefox 1.0 comenzando la Segunda Guerra de los Navegadores (BWII), no sólo un bonito nombre, sino el signo de un desarrollo activo de la web que los usuarios no habían visto desde que ésta cayó en un agujero y permaneció allí durante seis años.
Innovación, seguridad, extensibilidad, estándares web y rendimiento han sido sus directrices desde el primer día. Y ha compensado: un 20% de cuota de mercado global, 700 millones de descargas, un récord Guinness, más de 200 millones de usuarios, miles de extensiones, cientos de temas y más de 50 idiomas.
Pero lo más importante, el paisaje de la web ya no es cosa de un solo fabricante, sino que hay una variedad de opciones donde la web natural puede crecer, cambiar, diversificarse y, lo más importante, servir, adaptándose a las necesidades, tecnología e historia de las personas.
Aquí hay una captura de pantalla del aspecto que tenía Firefox 1.0 el día en que se publicó. Por supuesto, Vista no existía por aquel entonces.
Por curiosidad, ejecuté el test de rendimiento JavaScript SunSpider, y descubrí que consiguió una paupérrima puntuación de 16.000ms. Para ponerlo en perspectiva, Firefox 3.0.3 puntúa en torno a 4.500ms y los binarios de Firefox 3.1 están en torno a 2.200ms. ¿Necesitas más perspectiva? Internet Explorer 7 consigue 35.000ms. Todos los tests se ejecutaron en un Inspiron 6400 Core 2 Duo 2GHz, 2GB.
Firefox 1.0 también consigue 36 en el test de estándares web Acid3. Compáralo con los 92 de los binarios de Firefox 3.1 y los 75 en Firefox 3.0.3. Aún así, no muy mal, creo yo, para un navegador con 4 años de antigüedad.
Feliz cumpleaños a Firefox, el genial producto que permite una web abierta. Pero, lo más importante, el genial proyecto liderado, ejecutado y apoyado por cientos de personas que escriben el código, lo traducen, lo extienden, lo distribuyen, le prestan asistencia técnica, lo usan y hablan sobre él.
Firefox demuestra de nuevo que la gente es la clave del éxito.
